El cuerpo habla...y te cuenta sobre tu estrés
"Todo tiene que salir, pronto", "Hay mucho que hacer y no rinde el tiempo", "He hecho mi mayor esfuerzo y siguen los problemas", "Sólo yo puedo resolver este tema", "por ahora no puedo descansar, ya habrá tiempo más tarde"..."aunque estoy taaaan cansad@".
¿Te suena? Ante la velocidad aparente ante la que estamos viviendo, es muy común que frecuentemente escuchemos esa voz interna que nos indica que sigamos en dirección hacia la sobre-exigencia, aún a costa de exceder nuestros propios límites.
Nuestra cultura nos orilla a dar lo más que podamos o más y cualquier indicio de bajar el ritmo puede ser incluso descalificado, parece que no es bien visto descansar cuando todo tiene que hacerse rápido y donde cada vez hay más y más cosas qué atender.
La factura no tarda en llegar y el encargado de cobrarla es el cuerpo. La manera en la que lo hace es primero de manera muy sutil y de no hacer algo de repente lo hace de manera drástica. Como la gota que derramó el vaso, afectando nuestras emociones, y nuestra salud.
Empieza a "susurrarnos" que paremos cuando empezamos a sentir ligero cansancio, sigue "hablando más fuerte" cuando empezamos con apatía, pérdida o ganancia de peso más allá de nuestro peso habitual, migrañas o dolor de articulaciones, resfrío, hasta que "Grita!!" quizá cuando aparece una enfermedad respiratoria crónica, depresiones, angustia, una gastritis o incluso afecciones cardíacas más severas. Les comparto un caso verídico:
Esta persona, trabajaba arduamente en su oficina largas jornadas, todo tenía que salir perfecto y nadie lo hacía como él. Era un ejecutivo apreciado en la organización porque sabían que era el experto apaga fuegos y siempre se podía contar con él sin importar el tamaño del "bomberazo". Empezó poco a poco a sentirse cansado, irritable, llegaba a su casa y era más la gana de aislarse que de convivir, a los pocos meses empezó a sentir síntomas de estrés más severos llegando a percibir sudoraciones o palpitaciones durante sesiones de trabajo largas.
El cansancio fue el susurro, las sudoraciones y palpitaciones hablaron y finalmente el cuerpo gritó.
Un buen día luego de un periodo de 2 semanas de intenso trabajo por entregas, se despertó por la mañana sintiéndose extraño en sus gestos, a medio día lo llevaron al hospital porque sufrió parálisis facial de medio rostro, tuvo que tomarse vacaciones forzosas (tenía 2 periodos vacacionales acumulados) y estuvo en recuperación por 3 semanas en casa, donde los médicos le recomendaron a parte de la terapia médica, un descanso relajante. Finalmente se recuperó prácticamente en su totalidad y se reintegró a sus funciones.
Comparto el caso porque desafortunadamente cada vez es más común llegar a nuestro límite y excederlo... ¡Contínuamente! Eso es estrés y es importante que identifiques cómo estás sintiéndote tanto en la parte emocional, la física y la mental para saber si es estrés negativo o eustrés.
El estrés positivo (eustrés) puedes identificarlo porque genera sensaciones y sentimientos positivos: el cumplimiento de metas, alegría, nos impulsa a dar un poco más y mejorar, el eustrés motiva, promueve, genera orgullo y aunque puede llegar a generar cansancio momentáneo es pasajero.
Lo más importante es aprender a escucharte.. ¿cómo? manteniendo un poco de quietud, preguntándote ¿cómo está tu estado de ánimo?¿ te enfermas con frecuencia?¿hace cuanto que no descansas?
Prueba darte un descanso o unas vacaciones, relájate y recuperarás energía.
Excelente día
M. Romero